Durante los meses de previos al verano, muchos empiezan a preguntarse qué van a hacer durante las próximas vacaciones. Para los que les gusta viajar, es una auténtica gozada. Solo el hecho de pensar en ello es como una inyección de adrenalina.
Y las estadísticas confirman que los españoles cada vez viajamos más, tanto a destinos nacionales como internacionales.
Según Instituto Nacional de Estadística, el pasado trimestre de 2018, los españoles realizaron 25,5 millones de viajes de vacaciones de verano, con una duración media de 12,1 pernoctaciones.
Estos datos son considerando "vacaciones de verano", el período de junio a septiembre y las escapadas superiores a cuatro noches por motivos de ocio y recreo, es decir, excluyendo viajes de negocios, por temas de salud, estudios…
Existen investigaciones sobre los efectos que tienen las vacaciones sobre la salud, y resulta que sufriríamos menos enfermedades si pudiéramos hacer desconexiones o escapadas vacacionales con más frecuencia.
Explica la doctora Marisa Navarro, psicoterapeuta y autora de los libros ‘El efecto tarta’ y ‘La medicina emocional’ que "la necesidad principal de vacaciones la tiene nuestro cerebro, y ello se debe a la conexión que existe entre la mente y cuerpo, pues este último, con los cuidados diarios necesarios, podría encontrarse perfectamente saludable, pero nuestro cerebro necesita desconectar".
Lo ideal es cambiar nuestro paradigma y emprender actividades que aporten aquello que normalmente falta en nuestras vidas. Si nuestro día a día es muy rutinario, ocuparnos con tareas más arriesgadas, o si nuestra vida es de vértigo, mejor salir al campo, la montaña o cualquier lugar que nos de paz y nos relaje.
Por norma, las quejas por salud suelen surgir a las dos semanas de volver de unos días de descanso, es decir, cuando comienzan a desaparecer los síntomas positivos que producen las vacaciones.
El informe del INE revela que el 89,2% de los que viajan de vacaciones en verano eligieron como destino principal el territorio nacional y los viajes al extranjero fueron el 10,8% del total, aumentando un 12,2%.
Este incremento también amplía la posibilidad de que, en alguna de estas vacaciones, surjan imprevistos que afecten a nuestra salud.
Es normal y además recomendable, que en vacaciones rompamos nuestra rutina, modifiquemos nuestros horarios, cambiemos el ritmo y nos hagamos ciertas concesiones a nivel alimentario y físico.
Pero sin abusar, porque nuestro cuerpo puede resentirse si no tomamos ciertas precauciones. El organismo está habituado a un orden y de repente practicamos nuevas actividades, probamos gastronomía diferente, nos exponemos más al sol o al agua y variamos el sueño.
Para ahorrarnos sorpresas que pongan en peligro los días de disfrute y ocio, lo mejor es anticiparnos.
El principal factor a tener en cuenta es saber qué vamos a hacer durante nuestras vacaciones de verano.
Una vez hemos decidido nuestro destino, es importante leer, consultar y solicitar información sobre el destino escogido. De este modo, podemos prever qué riesgos podemos encontrar y evitar contratiempos.
Si pensamos viajar al extranjero, es recomendable buscar en la web del Ministerio de Asuntos Exteriores la ficha del país, donde encontraremos los datos más importantes como la situación del país, los requisitos sanitarios, administrativos, horario, clima, moneda, idioma…
En función de las recomendaciones sanitarias, deberemos consultar con nuestro médico para que nos oriente sobre qué fármacos debemos llevar en nuestro botiquín y dónde acudir en caso de tener que vacunarnos.
Y siempre, con bastante antelación, pues hay vacunas y fármacos que han de administrarse semanas antes de partir.
Los cambios de hábitos, especialmente en la alimentación, son lo que más nos puede afectar a la salud, independientemente del destino.
Normalmente estos cambios en la alimentación suelen implicar un mayor consumo de productos poco saludables y de bebidas distintas al agua, que no tienen el suficiente poder de hidratación.
Todo ello puede favorecer la aparición de problemas intestinales:
Estreñimiento en vacaciones: Sensación de pesadez, falta de apetito, dolor de cabeza, distensión abdominal y malestar general son algunos de los síntomas del estreñimiento. Para la prevención del estreñimiento, lo más recomendable es:
Diarrea del viajero: Ésta aparece cuando viajamos a países con escasas condiciones de salubridad e higiene y se alteran nuestro ritmo intestinal regular. También debido a los cambios de hábitos, o por toxo-infecciones producidas por alimentos en mal estado. Las altas temperaturas del verano aceleran la carga viral y la transmisión de bacterias en lugares públicos, favorecen la alteración de la cadena de frío y los errores en la conservación. Para prevenir la diarrea, debemos:
cuidado con el exceso de humedad. Un exceso de exposición al agua puede ser nocivo para nuestra piel. Piscina, playa, hidromasajes y jacuzzis en demasía pueden causar infecciones bacterianas o virales:
en cuanto al principal tipo de transporte utilizado, el vehículo propio concentra el 84,4% de los viajes con destino interno. En el 57,0% de los viajes al extranjero se usa el transporte aéreo. Los desplazamientos suponen un peligro durante las vacaciones en verano, debido al aumento de los mismos, si representan un estrés añadido y si no se realizan en condiciones adecuadas. Como el hecho de que muchos conductores admiten que no conduce con el calzado adecuado en verano.
Las recomendaciones para evitar riesgos, tanto para los conductores como para el resto de ocupantes del vehículo son:
Repasar la ruta previamente y programar las paradas.
Máxima atención. Por supuesto evitar las distracciones por hablar, música, móvil…
Usar siempre ropa cómoda y holgada para favorecer la circulación y evitar esa sensación de piernas cansadas.
Realizar diferentes paradas para estirar las piernas y descansar un poco, así se mejora el nivel de concentración
Si el viaje es en avión o barco se aconseja caminar en las zonas adaptadas para ello y así evitar malestar después y combatir la fatiga.
El Jet-lag en viajes largos. Una de las consecuencias de los trayectos muy largos es el llamado jet-lag. Para que esto no pase, lo mejor es intentar dormir lo máximo posible durante el vuelo si la llegada es temprano y, en caso de que llegar por la noche, acostarnos lo antes posible. Posteriormente, mantendremos un horario de sueño regular.
Prescindir de la colonia, perfume o productos para el cabello o la piel con olores dulces o florales.
No beber directamente de una lata o botella, donde las abejas están más propensas a picar en los labios.
En las zonas de mayor riesgo, es conveniente usar ropa que cubra toda la piel, recurrir a mosquiteras y, sobre todo, aplicarse repelentes de mosquitos siguiendo las instrucciones del fabricante.
La protección frente a las radiaciones UVA, UVB e IR-A son el pilar de unas vacaciones saludables. Evitar un golpe de calor o quemaduras en la piel nos puede ahorrar muchas complicaciones. Para no tener que lamentarse, hay que usar el fotoprotector solar, gorras o sombreros de ala ancha para proteger el cuello y gafas de sol. Hay que hidratarse con frecuencia y evitar hacer determinadas actividades en las horas de más sol.
Desconectar del trabajo nos hará más eficientes y productivos a la vuelta de las vacaciones y nos ayudará a ver los problemas desde otra óptica, a relativizarlos e, incluso, encontrar nuevas soluciones. Los expertos afirman que son imprescindibles dos semanas seguidas de vacaciones como mínimo. Es en ese período donde realmente da tiempo a relajarse, cuidarse y divertirse. El correo y el teléfono móvil son los dos principales enemigos de la desconexión.
Para que nos afecten lo menos posible se recomienda:
Si fuese imprescindible revisar el correo o realizar llamadas, se recomienda planificar un horario para ello.
En cualquier caso, la voluntad para desconectar es crucial.
En función de nuestro destino, deberemos preparar un botiquín con los productos esenciales y nuestra medicación habitual, en caso de tomarla.
Podéis consultar este post de Tu Canal Salud ‘Cómo debe ser un botiquín básico de viaje’, con las pautas perfectas para elaborar un botiquín básico con el que viajar en vacaciones.
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