La Formación en materia de prevención de riesgos laborales, además de un derecho de los trabajadores y trabajadoras impuesto por la legislación vigente, supone un instrumento fundamental para garantizar la protección de las personas trabajadoras y mejorar las condiciones de seguridad y salud en la empresa.
El Plan de Formación pretende abarcar, por un lado, las necesidades informativas y formativas de los trabajadores y trabajadoras en relación a los riesgos a los que se encuentran expuestos con motivo del desarrollo de su actividad laboral, así como las necesidades de formación dirigidas a la integración de la prevención en la propia estructura organizativa de la empresa. Recordamos que ambos aspectos se encuentran recogidos en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y Reglamento de los Servicios de Prevención.
Acorde con lo anteriormente expuesto, los objetivos generales del plan formativo se resumen en los siguientes puntos:
Se debe identificar la formación requerida para cada puesto de trabajo en función de sus riesgos, así como la formación mínima necesaria para las personas trabajadoras con funciones preventivas, identificadas en el Plan de Prevención de la Empresa, para capacitarlas en el desempeño de dichas funciones.
A continuación, y a modo orientativo, se recomienda la formación que debería disponer cada colectivo.
- Formación para Trabajadores/as
Los trabajadores/as deben recibir una formación suficiente y adecuada, para el desempeño de las tareas del puesto de trabajo con seguridad. Para que dicha formación sea eficaz debe ser coherente con los riesgos del puesto de trabajo, adaptarse a la evolución de los riesgos y a la aparición de otros nuevos y repetirse periódicamente, si fuera necesario.
- Formación para los mandos intermedios
Los mandos directos de los trabajadores/as deben estar implicados en las actividades preventivas del personal a su cargo. Para el cumplimento de sus obligaciones y responsabilidades precisan disponer, por un lado, de conocimiento sobre el sistema de gestión de la prevención y por otro conocimiento sobre los riesgos en su ámbito de trabajo y como controlarlos.
- Formación para el personal de estructura de dirección
El personal de dirección son una pieza clave en la integración de la prevención en todos los niveles jerárquicos, por lo que es importante reforzar con la formación su compromiso con la seguridad y salud del personal de la empresa.
- Formación para los/as integrantes de los equipos de emergencia
El personal designado en el plan de emergencia encargado de poner en práctica las actuaciones y medidas establecidas en caso de emergencia (los equipos de primera y segunda intervención, los equipos de alarma y evacuación, los equipos de primeros auxilios, etc.) deben disponer de la formación correspondiente para su intervención.
- Formación de los delegados/as de prevención
Los/as representantes de los trabajadores/as en materia preventiva deben disponer de una formación mínima para el desarrollo de las competencias y facultades que tienen atribuidas. Dicha formación debe ser proporcionada por el propio empresario.
- Formación para los/as miembros del sistema de prevención
Los trabajadores/as designados/as para ocuparse de la actividad preventiva en la empresa, deben tener la capacidad correspondiente a las funciones a desempeñar, según los diferentes niveles de cualificación, establecidos en el Reglamento de los servicios de prevención.
En el caso concreto de los Recursos preventivos designados/as para controlar y supervisar la realización de actividades de especial peligrosidad, además de los conocimientos, cualificación y experiencia necesarios en las actividades o procesos a controlar, se requiere como mínimo:
Se hace necesario programar las acciones formativas y dotar de los recursos necesarios para la materialización del plan formativo. Las tareas a realizar son las siguientes:
En la implantación del plan formativo es importante adecuar los recursos didácticos y metodologías al tipo de destinatarios a los que va dirigida la formación, no podemos olvidar que se trata de trabajadores/as adultos/as con experiencia previa. Se requiere un modelo de aprendizaje específico, donde la motivación, la participación activa en el proceso de aprendizaje, la retroinformación, la puesta en práctica de los contenidos y la interrelación con la experiencia adquirida son fundamentales para garantizar el éxito del plan formativo.
Por último, y como proceso de mejora continua, se hace necesario valorar la efectividad del plan formativo y su correcta implantación. Se deben analizar los siguientes aspectos:
Se disponen de diferentes herramientas y técnicas para poder llevar a cabo dicha evaluación, a continuación, destacamos algunas de ellas:
Es fundamental prestar atención a los resultados de las evaluaciones, ya que es lo que nos va a permite identificar y realizar mejoras en el proceso formativo.
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