La experiencia nos ha demostrado que el sector inmobiliario es cíclico. Actualmente estamos en el momento de transición, lo que se demuestra directamente en el incremento de afiliaciones a la seguridad social en el sector de la construcción, como recoge en este artículo la Fundación Laboral de la Construcción.
Hay un repunte significativo tanto en el sector inmobiliario como en el industrial y, seguramente, en la Administración esté por llegar. ¿Y cuáles están siendo las principales consecuencias de esto? Un incremento de los costes de la construcción que alimenta el ‘boom’ de los precios de la vivienda. Pero como consultoría de seguridad y salud lo que nos interesa especialmente es:
Durante la crisis hubo una bajada significativa de la siniestralidad en el sector de la construcción. El personal que se mantuvo eran los más profesionales del momento, se relajaron los plazos de entregas, ya no se trabajaba a destajo, lo que facilitó una disminución en los accidentes laborales. ¿O es que acaso pensábamos que lo estábamos haciéndolo tan bien que habíamos conseguido por fin la clave para reducir los accidentes en obras?
Cualquiera que esté en el día a día en este sector, sabrá que no es así. Hemos detectado como durante la crisis se ha relajado la estructura preventiva tanto en pequeñas como en grandes empresas. Había que reducir costes y, como siempre, erróneamente la prevención se percibía como un gasto, y no como una inversión para la tranquilidad del empresario, trabajador y la sociedad.
Ahora, con el repunte del sector, nuevas empresas contratistas surgen como setas, nuevos emprendedores, antiguos empresarios con nuevos nombres, etc. Sin embargo, no les es sencillo encontrar mano de obra cualificada en el oficio ya que gran parte de esta se destruyó con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Muchos aprovecharon a jubilarse, otros se cambiaron de sector o regresaron a sus países de origen, y las nuevas generaciones, optan por otras salidas profesionales, como bien se explica en este artículo de El Mundo.
Una de las principales consecuencias de este repunte del sector con mano de obra no cualificada es un incremento de la siniestralidad. Los técnicos prevencionistas debemos por tanto concienciar y sensibilizar a toda una nueva hornada de trabajadores y empresarios sin experiencia en el sector y sin conocimiento sobre seguridad y salud.
No obstante, la seguridad y salud de una obra dependerá de la implicación y valoración del empresario de la prevención y cabe destacar que hay muchos que entienden la importancia de invertir en prevención, que aspiran a la excelencia y al desarrollo de proyecto con cero accidentes.
Son clientes así, empresas comprometidas, los que nos motivan para creer que las cosas se pueden hacer bien y que la firme apuesta por la prevención en trabajos de obra salva vidas.
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