QP- Buenos días. Es usted el virus de la gripe, uno de los personajes más impopulares desde hace cien años. ¿Por qué cree que cae tan mal a la gente?
Virus- No, yo no creo que caigamos tan mal como dice usted. Hablo en plural porque somos muchos los virus de la gripe. Todos somos parientes, ya sea hermanos o primos, pero todos somos familia. Y no, tan mal no caemos. Bueno, hace cien años, provocamos una epidemia inolvidable. Aquellos antepasados míos eran terribles y provocaron la muerte de millones de personas. También, en el año 2009, cuando un primo mío, el virus de la gripe A (H1N1), causó una epidemia importante, aunque no tanto como aquella de hace cien años, se armó un cierto revuelo. Entonces sí que todo el mundo se asustó. Querían vacunarse como fuera. Pero después todo volvió a la normalidad. Afortunadamente para mí y para mi familia, tan sólo se vacuna una pequeñísima parte de la sociedad. Porque la vacuna sí que nos bloquea. Para nosotros es el peor enemigo. Si la gente nos tuviera tanta manía como usted dice, seguramente se vacunarían más. Y no es así. Por tanto, no creo que caigamos tan mal.
QP- Ustedes provocan tos, estornudos, dolores musculares y fiebre como síntomas principales, en las personas que infectan. Bien mirado, tampoco es para tanto ¿no?
Virus- Eso digo yo. Son unos síntomas de nada. Apenas unos días sin poder ir a trabajar. Y la pequeña molestia de llevarnos dentro a los virus y provocar la infección de los parientes, amigos y compañeros. Nosotros lo único que hacemos es cumplir con nuestra obligación. La naturaleza manda y nos dice que debemos sobrevivir. Nacer, crecer, y multiplicarse antes de morir ¿recuerda? Es nuestra máxima. Bueno, y la de otros muchos. Y no crea que es fácil. Cuando estamos en las fosas nasales de un humano y estornuda, muchos de nosotros somos expulsados de ese lugar tan confortable. Nos quedamos en el aire exterior unos instantes y, si no encontramos rápidamente otro organismo en el que cobijarnos, nos morimos sin remedio. Los virus que se quedan en el aire, en unas pocas horas mueren. Los que encuentran una corriente de aire que los lleva a otras fosas nasales o a unos dedos que luego los trasladan a las mucosas de ojos o a la proximidad de la nariz, esos tienen la oportunidad de sobrevivir, desarrollándose en ese nuevo organismo.
QP- Y entonces, insisto ¿a qué viene tanto revuelo?
Virus- Supongo que se debe a que a veces, se nos va la mano. Nosotros no buscamos acabar con la vida del cuerpo que nos acoge. Lo que nos gustaría es mantenernos allí mucho tiempo e ir pasando a otros cuerpos en los que seguir creciendo. Los humanos jóvenes, con un sistema inmunitario competente, tienen unos soldados, los glóbulos blancos, que nos analizan, elaboran anticuerpos y nos los mandan para acabar con nosotros. Son enemigos potentes que, en unos días, acaban con nosotros en ese cuerpo. Pero cuando ese organismo tiene un sistema inmunitario debilitado, entonces podemos acabar nosotros con él. Esos soldados que decía, en este caso no son muy eficaces. Así que, en esas personas más débiles, nosotros seguimos creciendo hasta provocar complicaciones insalvables para ese cuerpo.
QP- O sea, que ustedes son realmente peligrosos para algunas personas ¿verdad?
Virus- Sí, es verdad. Las personas mayores de 65 años, los pacientes crónicos de cualquier enfermedad, especialmente si afecta al corazón o al pulmón, los trasplantados, grandes obesos, enfermos renales y los portadores de implantes cocleares, así como niños y embarazadas, son especialmente sensibles a nuestra presencia. Con ellos es con los que se nos puede ir la mano.
QP- Entonces, a ustedes les interesa llegar a esos organismos que se defienden peor ¿no es así?
Virus- Por supuesto. Por eso, el personal sanitario o los cuidadores de esas personas vulnerables son uno de nuestros objetivos. Si entramos en un médico, un enfermero o en cualquier cuidador o auxiliar de un hospital o de una residencia de ancianos, tenemos muchas posibilidades de llegar a muchas de esas personas vulnerables que se defienden mal de nosotros.
QP- Y las vacunas ¿juegan algún papel en esta partida?
Virus- Ni las mencione, por favor. Las vacunas y que la gente se lave mucho las manos es lo peor que nos puede pasar a los virus de la gripe. Un organismo vacunado, en cuanto nota nuestra presencia, hace que sus glóbulos blancos empiecen a producir anticuerpos personalizados contra el virus inmediatamente, sin demora alguna. Y contra esos anticuerpos específicos, la verdad es que no podemos luchar. Así que, cuanta menos gente se vacune, mejor para nosotros.
QP- ¿Quiere decir que si se llegara a vacunar todo el mundo ustedes desaparecerían?
Virus- No creo que llegásemos a tanto, porque ya le he dicho que somos una familia muy amplia, con diferentes armas cada uno y muy ágiles para adaptarnos a diferentes circunstancias, pero desde luego nos veríamos muy bloqueados. Si se vacunara la mayor parte de la sociedad y se lavaran o higienizaran las manos con mucha frecuencia, seríamos los perdedores de esa guerra. Por eso es mejor para nosotros que todo siga igual y que la gente se vacune poco.
QP- Y si la vacuna es tan eficaz como dice ¿por qué hay tanta gente que no se vacuna?
Virus- Hombre, yo no quiero dar muchas ideas, no sea que la cosa cambie y sea peor para mí, pero supongo que todas esas personas que no se vacunan, desconfían del beneficio de la vacunación o le tienen demasiado respeto a lo del pinchazo y los posibles efectos secundarios. La realidad es que es un medicamento muy seguro y eficaz, con una protección estimada entre el 50 y el 65%. Apenas causa problemas a nadie. Es verdad que no se la deben poner los menores de 6 meses de edad, los alérgicos al huevo y los que tengan fiebre, pero los demás no tendrán problemas. Yo tampoco entiendo que no se vacunen muchas más personas, pero desde luego no seré yo quien se queje de eso.
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