Según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud, alrededor de 466 millones de personas en el mundo padecen pérdida de audición discapacitante, y se estima que en 2050 la cifra aumente hasta los 900 millones. Además, la OMS asegura que la pérdida de audición por la exposición al ruido en el trabajo es actualmente el riesgo profesional objeto de más indemnizaciones, por ello la prevención y unas buenas prácticas son las medidas más efectivas.
Hoy en nuestro blog hablamos de las medidas preventivas a tener en cuenta y de los factores que pueden influir en el desarrollo de una lesión auditiva en el trabajo.
Cualquier persona que esté expuesta a ruido de forma repetida puede desarrollar una pérdida auditiva, o hipoacusia progresiva, con el paso de los años en función de las condiciones de exposición, las características del ruido y la susceptibilidad individual.
Por este motivo, los trabajadores sometidos a ruido de cualquier origen durante su trabajo deben controlar su audición desde el inicio de la exposición. Así lo establece la guía de buenas prácticas del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, que detalla los factores que influyen en la hipoacusia laboral:
Intensidad del ruido: el límite para evitar una lesión es de 80 dB para una exposición de 40 horas semanales a un ruido constante.
Frecuencia del ruido: la lesión en la banda de 4000 Hz es el primer signo en la mayoría de los casos.
Tiempo de exposición: si el deterioro es importante, la lesión auditiva puede continuar tras la exposición.
Naturaleza del ruido: el ruido intermitente es menos lesivo, así como los ruidos permanentes son menos lesivos que los pulsados en igualdad de intensidades.
Susceptibilidad individual: ligada al desgaste de la cóclea, es de difícil demostración por las numerosas variables ligadas a su deterioro fisiológico.
El Real Decreto 286/2006 sobre la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores contra riesgos relacionados con la exposición al ruido, al amparo de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, en su artículo 4 establece las medidas encaminadas a evitar o a reducir la exposición al ruido en el trabajo. Así, los riesgos deberán eliminarse o disminuirse al máximo en su origen teniendo en cuenta:
Otros métodos de trabajo que reduzcan la necesidad de exponerse al ruido.
La elección de equipos de trabajo adecuados que generen el menor nivel de ruido posible.
Concepción y disposición de los lugares y puestos de trabajo.
Información y Formación adecuadas para enseñar a los trabajadores buenas prácticas en el uso de los equipos de trabajo que lleven a reducir el máximo su exposición al ruido.
La reducción técnica del ruido a través, por ejemplo, de aislamientos.
Programas de mantenimiento de los equipos de trabajo.
Reducción del ruido mediante la organización del trabajo, limitando tanto la duración e intensidad de la exposición, como una ordenación adecuada del tiempo de trabajo.
En resumen, para eliminar los riesgos derivados de la exposición a ruido o reducirlos al nivel más bajo posible, se deben adoptar medidas que antepongan la protección colectiva a la individual, recurriendo a los protectores auditivos sólo cuando las medidas en el foco y en el medio de transmisión no permitan evitar o limitar suficientemente la exposición a ruido del trabajador.
Pero el ruido es un riesgo al que nos enfrentamos no sólo en el trabajo, sino que en la calle y en nuestra propia casa también estamos expuestos a la conocida contaminación acústica. No te pierdas estas recomendaciones que podrían ayudarte a reducir el ruido en casa.
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Buenos días, Jordi. Muchas gracias por tu comentario y por tu aportación.