Según la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo, los trastornos musculoesqueléticos son el problema de salud relacionado con el trabajo más común y afectan normalmente a espalda, cuello, hombros y extremidades superiores, aunque también en menor medida a las inferiores.
Hoy en nuestro blog vamos a mostrarte cuáles son los cinco trastornos musculoesqueléticos más frecuentes que pueden causar desde pequeñas molestias hasta cuadros más graves con necesidad de tratamiento médico.
El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, a través de su portal de trastornos musculoesqueléticos (TME), identifica cuáles son, así como la causa y prevención de los mismos:
Es la inflamación de los tendones de los músculos de hombro, especialmente del manguito de los rotadores, y suele originarse por la sobrecarga de los tendones generada por movimientos frecuentes de hombro en el ámbito laboral. La inflamación crónica puede producir lesiones que provoquen un desgarro y una posterior ruptura del tendón, es decir una ruptura del manguito de los rotadores. El dolor es el principal indicador, y suele aumentar con los movimientos de elevación de brazo, rotación del hombro y con el transporte de cargas.
Conocido también como "codo de tenista" es una lesión por el esfuerzo repetitivo en el movimiento y por el que se inflaman los tendones de los músculos de la cara externa del codo. El dolor suele comenzar después de movimientos forzados o repetidos por la extensión del codo y/o la muñeca. En este sentido, en Quirónprevención ya te hablamos de la importancia de evitar o reducir los movimientos repetidos en el ámbito laboral.
Es la compresión del nervio mediano a su paso por la muñeca a nivel del interior del túnel del carpo. Aparece con mayor frecuencia en las mujeres y los síntomas comienzan con alteraciones de sensibilidad en el primero, segundo y tercer dedo de la mano. Además, puede haber sensación de calor, hormigueo y dolor de la palma y de los dedos. Su origen puede ser por movimientos y posturas forzadas de la mano en flexión y extensión, o por golpes en la zona palmar de la muñeca.
Se trata de una contractura dolorosa y persistente de los músculos que se encuentran en la parte baja de la espalda, concretamente en la zona lumbar. Si el dolor supera los tres meses de duración se considera lumbalgia crónica y puede causar incapacidades severas. Suele manifestarse en el ámbito laboral por sobrecargas continuadas de la musculatura lumbar o también por permanecer largos periodos de tiempo sentado en mala posición o con posturas forzadas. En este sentido es importante realizar una evaluación ergonómica del puesto de trabajo.
Es un cuadro clínico doloroso producido por una contractura muscular en la región cervical posterior y que está motivado por una sobrecarga de trabajo, el uso repetitivo de los músculos o por posturas forzadas de cuello. Además, es especialmente frecuente en trabajadores que mantienen esta postura estática durante largos periodos de tiempo.
En cuanto a las causas generales más comunes de los TME y que sería necesario evaluar para determinar los factores de riesgo son los trabajos con movimientos repetidos, levantamientos de cargas, transporte de cargas, movilización manual de personas, posturas forzadas y aplicación de fuerza.
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