¡Estoy de suerte! Soy de aquella minoría a quien los mosquitos no le pican. No importa si ya llegó el calor y la humedad. Yo, estoy a salvo. Es seguro que, si hay algún mosquito errante merodeando por casa, le va a picar a mis acompañantes. De mí, pasará de largo.
Efectivamente, en esta época del año, con buenas temperaturas, un gran número de mosquitos parece que despierten del letargo del invierno, dispuestos a picarnos.
¡Plas! A golpe de espátula, con inhibidores eléctricos, insecticidas, limón y albahaca o pulseras con repelente… La cuestión es ahuyentarlos.
Pero podemos prevenir sus picaduras y minimizar los riesgos.
Los mosquitos son unos insectos que pican para chupar nuestra sangre. La necesitan para producir sus huevos, por este motivo es la hembra mosquito la que pica. Los machos, en cambio, se alimentan de los jugos de las plantas.
Al picarnos, la hembra mosquito inyecta saliva en la herida, la cual contiene unas proteínas que impiden que las plaquetas formen un coágulo. De esta forma, logran que la sangre no deje de fluir mientras ellos la ingieren y pueden extraerla de manera más rápida y eficiente.
Una vez que ha terminado de succionar nuestra sangre y se va, los restos de su "baba" se quedan ahí y nuestro sistema inmunológico lo detecta como una sustancia extraña e inmediatamente ataca con histamina.
La reacción más inmediata a la picadura de un mosquito consiste en enrojecimiento de la zona y suele ir acompañada de picazón e hinchazón, que se puede prolongar por varios días. Según la reacción de cada persona, estas picaduras pueden ser muy molestas y espectaculares, pero no son peligrosas para la vida.
Con menos frecuencia, puede llegar a afectar a la articulación más cercana a la picadura, con dolor y dificultad para mover dicha articulación (por ejemplo, la mano o el pie).
Las picaduras de mosquito es mejor no tocarlas, ya que pueden aparecer ampollas y úlceras con heridas si al rascarlas se sobre infectan. Lo que agudizaría el dolor y el picor.
¿Será verdad aquello de que no tengo la "sangre dulce"? Bromas aparte, si un mosquito tiene que escoger entre picar a una persona o chupar la sangre de otro vertebrado, siempre va a preferir a los humanos.
Los mosquitos se sienten atraídos por el olor corporal, y en verano es más potente por el sudor y la transpiración de nuestra piel.
Los mosquitos eligen a sus víctimas según el calor y el olor, que viene determinado por ciertos componentes químicos que produce el cuerpo humano. Concretamente son el dióxido de carbono (CO2) y el ácido láctico.
El dióxido de carbono es un gas sin olor ni color que la sangre transporta a los pulmones. De forma automática inhalamos oxígeno y exhalamos dióxido de carbono durante todo el día.
También el ácido láctico que emitimos al respirar o a través del sudor atrae a estos insectos.
Así que, cuando los mosquitos hembra los detectan, acuden a picar, sabiendo que detrás hay una fuente de sangre para alimentarse y poder poner huevos.
El dióxido de carbono y el ácido láctico emitidos al respirar varía en función de la edad, la dieta y del ejercicio físico que realice cada persona. Así que, efectivamente, los mosquitos eligen a quien picar.
Existen ciertos hábitos o factores que atraen especialmente a los mosquitos. Si los tenemos en cuenta y ponemos medidas preventivas, podemos evitarnos un mal rato.
Los cambios hormonales en mujeres embarazadas originan un tipo de sudor y olor que les resulta muy atrayentes.
Las personas que beben alcohol, especialmente cerveza.
La ropa oscura, como el negro y el rojo. Los colores que menos atraen son el verde y el amarillo.
El sudor, así que aumentan las posibilidades de ser picado si se realiza actividad física al aire libre al atardecer.
El olor de pies.
Utilizar colonias que desprendan olores dulces, jabones con perfumes o aerosoles para el pelo.
Les atrae mucho más el tipo de sangre 0 que el A.
Hay una mala noticia que contar, y es que no existe ningún método 100% eficaz para evitar que nos piquen los mosquitos. Solo podemos aplicar medidas que ayudarán a minimizar el riesgo:
Vestir con ropa de colores claros y que cubran la piel: pantalones largos, calcetines y manga larga.
No salir, en la medida de lo posible, entre el anochecer y el amanecer.
Evitar las áreas donde proliferan: sitios húmedos y calurosos.
Evitar lugares donde más asiduamente acuden: cubos de basura, dulces sin tapar, jardines en flor…
Apagar las luces de casa si tenemos las ventanas abiertas.
Instalar mosquiteras de rejilla en las ventanas.
Utilizar repelentes de mosquitos.
Los insecticidas domésticos con aerosol son los más efectivos para un uso instantáneo, pero tienen ciertos peligros si no se usan adecuadamente, sobre todo en espacios reducidos.
Los vaporizadores o difusores son dispositivos que se conectan a un enchufe y difunden de forma continua el insecticida. Son la mejor solución durante la noche, pero no se puede permanecer con la puerta cerrada
Los repelentes son sustancias químicas que interfieren en los receptores de los mosquitos impidiéndoles que puedan olernos y así tampoco picarnos. El más utilizado es el DEET (dietiltoluamida), aunque también existen productos naturales como la citronela y el eucalipto. Sólo funciona en las distancias cortas.
En el caso de que se produzca una reacción leve y localizada en la zona de la picadura no habrá que hacer nada en especial, más allá de aliviar el dolor o prurito, en caso de ser muy punzante.
Lo más aconsejable es no tocar la zona y aplicar frío local seguido de una crema con corticoides para reducir la reacción. También se puede tomar un antihistamínico para el picor.
En caso de sobreinfección por haberse rascado, puede aparecer una herida o ampolla, entonces habrá que desinfectarla cada día y aplicar crema con antibiótico.
Si aparece una inflamación importante o signos de afectación general como mareo o fiebre, inmediatamente deberá acudir a su médico para ser inspeccionado.
Mosquito significa "mosca pequeña" y existen alrededor de 3.500 especies diferentes en todo el mundo. Veamos los más relevantes de nuestro territorio.
El mosquito común: es el Culex pipiens y son los habituales en nuestra zona. Las hembras son hematófagas, es decir, las que pican para succionar nuestra sangre y los machos se nutren del néctar de las flores. Su picadura es inofensiva, aunque puede resultar dolorosa y causar picor.
El mosquito tigre: el Aedes albopictus es originario de Asia, pero se está expandiendo en América y en Europa como especie invasora. Se trata de un mosquito portador de enfermedades virales como la fiebre amarilla o la encefalitis. Su picadura provoca una gran molestia, produciendo un picor muy severo y en algunos casos mareos y fiebre.
No siempre que tenemos una picadura, tiene que ser de un mosquito. También puede ser de hormiga, araña o avispa. Este artículo Aprende a distinguir las picaduras de insectos te va a ayudar a distinguir las picaduras de los insectos más frecuentes en nuestro país.
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