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La prevención de riesgos en una escuela infantil

La Educación Infantil es la etapa educativa que atiende a nuestros niños/as desde los primeros meses de vida hasta los seis años, con la finalidad de contribuir a su desarrollo físico, afectivo, social e intelectual.

Durante esta etapa, el personal docente son los encargados de desarrollar las programaciones curriculares, organizar y ejecutar los procesos de intervención en el aula, mantener relaciones con las familias de los niños y niñas y con el equipo educativo.

Todo ello, promoviendo e implementando situaciones de juego, experimentación y descubrimiento del entorno, como eje de la actividad y del desarrollo infantil.

En el desempeño de estas actividades, el personal docente se encuentra expuesto a diversidad de riesgos de diferente índole, que pasamos a exponer a continuación.


Riesgos generales:

  • Caídas al mismo nivel por tropiezos debido a materiales y juguetes desperdigados por el suelo, resbalones provocados por derrames y/o suelos mojados e irregularidad del suelo acolchado.
  • Golpes y choques con mobiliario de las aulas y objetos depositados en lugares de paso.
  • Caída de objetos por desplome o desprendidos debido a una colocación inadecuada de materiales y objetos en las estanterías, armarios u otras superficies.
  • Cortes con objetos y herramientas al utilizar tijeras, cúter, grapadoras y otros objetos cortantes y punzantes.
  • Caída de objetos en manipulación, durante el transporte de materiales y objetos.
  • Contactos eléctricos, instalaciones y equipos eléctricos en el centro educativo.

Para evitar estos riesgos es importante:

  • Mantener el orden y limpieza en el aula y todas las dependencias del centro escolar.
  • Disponer de lugares específicos donde guardar ordenadamente el material escolar, juegos, mochilas, etc.
  • Dejar suficiente espacio entre el mobiliario y las zonas de paso para evitar golpes contra los mismos.
  • Mantener los cajones y las puertas de los armarios cerradas. No sobrecargar las estanterías ni los armarios, colocar los objetos más pesados en las baldas inferiores y repartir la carga de manera uniforme entre los estantes y de forma ordenada.
  • Retirar todos aquellos objetos y materiales que se encuentren por el suelo e impidan o dificulten el paso.
  • Recoger inmediatamente cualquier derrame de alimento o bebida que se pudiera producir. En caso de rotura de material de vidrio, loza, cerámica, etc. recoger inmediatamente los pedazos con ayuda de un recogedor y nunca directamente con las manos.
  • Utilizar herramientas cortantes y punzantes, como tijeras, cúter, etc. que se encuentren en buen estado, extremar la precaución durante su uso y guardarlas en un lugar adecuado una vez se finalice el trabajo con las misma.
  • Mantener un nivel adecuado de iluminación en todas las estancias del centro educativo.
  • Extremar la precaución en los desplazamientos por el centro de trabajo, evitando las prisas, especialmente en escaleras, rampas o espacios reducidos y utilizar calzado que sujete bien el pie y provisto de suela antideslizante.
  • Extremar las precauciones en los días lluviosos, colocando en las entradas del centro alfombrillas o similares, que impidan la dispersión del agua.
  • No sobrecargar las instalaciones eléctricas, no conectar equipos o aparatos a tomas de corriente que presenten defectos, ni realizar ninguna reparación provisional y no manipular interruptores de luz, enchufes, ni aparatos eléctricos con las manos mojadas.

Riesgos biológicos:

El trato diario con niños de corta edad en espacios reducidos y el contacto directo con posibles agentes patógenos como secreciones, heces, saliva, heridas, etc. en tareas tales como cambio de pañal, dar de comer a los niños/as... supone un riesgo de exposición a contaminantes biológicos y posibles enfermedades infecciosas para el personal docente.


Las medidas preventivas para minimizar el riesgo biológico en las escuelas infantiles son:

  • Ventilar el aula de forma regular para mantener un ambiente más sano.
  • Limpieza diaria y desinfección periódica de las instalaciones del centro educativo y material del alumnado. Extremar la limpieza de los comedores y las cocinas.
  • Medidas de higiene personal para evitar la infección por contacto directo con secreciones como saliva y mucosidades de los niños/as. Lavado frecuente de las manos.
  • Utilizar guantes de látex cuando las tareas requieran contacto con residuos biológicos (heces, vómitos, etc.), como durante el cambio de pañales, limpieza de los pequeños y superficies que puedan estar contaminadas y pequeñas curas de urgencia.
  • Utilizar contenedores dotados de autocierre para la retirada de pañales y demás residuos, reduciendo el riesgo de contagio de enfermedades.
  • Fomentar la vacunación entre el personal docente, tétanos, varicela, hepatitis B, triple vírica y la vacunación antigripal con carácter anual entre octubre o noviembre.
  • Garantizar una buena coordinación y comunicación entre personal del centro educativo, centro de salud y padres y familias.
  • Vigilar la aparición de signos precoces de cualquier tipo de infección y en caso necesario acudir a un centro sanitario.
  • Extremar la prevención para personal especialmente sensible, como mujeres fértiles susceptibles o embarazadas e inmunodeprimidas.

Riesgos foniátricos:

La herramienta principal del personal docente en el desempeño de sus tareas es la voz, por lo que es muy importante su cuidado, evitar la sobredemanda vocal, reduciendo el riesgo de disfonía y patología profesional de la voz.

La voz se fuerza para atraer la atención de los niños y niñas, así como durante el uso de cuentos y canciones como método de aprendizaje de los pequeños/as.

Los nódulos de las cuerdas vocales, a causa de los esfuerzos sostenidos de la voz durante el trabajo en el personal docente, está reconocida como una enfermedad profesional.


Las medidas para el cuidado de la voz son:

  • Fomentar la rotación de tareas con la finalidad de distribuir las horas lectivas y favorecer las pausas y descansos vocales.
  • Utilizar elementos de apoyo al trabajo docente (videos, transparencias, diapositivas) que disminuyan o dosifiquen el uso constante de la voz.
  • Controlar las condiciones ambientales del aula, humedad, temperatura, ventilación, ruido para que sean las más idóneas.
  • Hidratarse adecuadamente. Beber agua con frecuencia, no tomar bebidas excesivamente frías ni calientes y evitar el consumo de caramelo mentolados.
  • Aprovechar la asistencia a cursos específicos de técnicas vocales.
  • Seguir un protocolo de vigilancia de la salud específico que incluya una evaluación foniátrica periódica.
  • Atender a los "signos y síntomas de alarma" como cansancio de la voz, sensación de quemazón, carraspeo, etc. y consultar con un médico en caso necesario.
  • No presionar la voz cuando se padecen procesos patológicos en la faringe, evitar el uso de la voz en estados de agotamiento físico y/o mental y guardar reposo vocal ante una laringitis.

Riesgos ergonómicos:

Las causas principales que pueden originar trastornos o lesiones músculo-esqueléticos durante el trabajo con los niños/as en las escuelas infantiles son:

  • La manipulación manual de cargas, levantamiento y transporte de cajas con objetos y materiales escolares.
  • Bipedestación mantenida en el aula.
  • Coger y levantar a los alumnos en brazos.
  • Adopción de posturas forzadas al agacharse para acercarse a los niños.
  • Mantener los brazos elevados por encima del hombro al utilizar la pizarra.

Principales medidas para evitar y/o minimizar los trastornos musculoesqueléticos en las aulas:

  • Considerar los aspectos ergonómicos al adquirir nuevos materiales o equipos, con objeto de que se disminuyan los esfuerzos físicos, las manipulaciones, las posturas inadecuadas y los movimientos repetidos.
  • Optar por materiales ligeros para el mobiliario susceptible de ser manipulado y con elementos abatibles para facilitar la accesibilidad y ruedas que faciliten su movilidad, como en las cunas y cambiadores de pañales.
  • Evitar estar mucho tiempo de pie, alternando los cambios de postura y evitar giros, torsiones ya sea de manos, brazos, o tronco.
  • Utilizar calzado cómodo, que se adapte a la curvatura del pie y evite los zapatos de tacón alto.
  • Evitar la adopción de posturas incómodas en las labores en las cuales haya que agacharse a la altura de los alumnos o de la mesa. Adoptar posturas en las que la espalda permanezca recta, como por ejemplo sentado o en cuclillas.
  • Para levantar o coger a un alumno:

- Agacharse doblando las rodillas, con la espalda recta y la cabeza levantada, apoyando los pies en el suelo, ligeramente separados y lo más cerca posible del niño/a.

- Coger entonces al niño/a con las dos manos, manteniéndolo tan próximo al cuerpo como pueda y levantarse estirando las piernas, manteniendo la espalda recta o ligeramente hacia atrás.

- Al transportar al niño/a, distribuir el peso entre las dos extremidades y siempre lo más próximo al cuerpo posible. Evitar las flexiones de espalda y los giros del tronco, es preferible mover los pies para colocarse en la posición adecuada.

- Evitar levantar a los niños/as por encima de la altura del pecho y en ningún caso por encima de la altura de los hombros.


Riesgos psicosociales:

El colectivo de trabajadores de educación infantil es uno de los sectores profesionales con más tendencia a sufrir patologías relacionadas con los factores psicosociales producidas, las exigencias emocionales al ocuparse de los niños/as, las relaciones interpersonales que se establecen a diario con los padres de los alumnos, el exceso de responsabilidad, la falta de desarrollo profesional y de liderazgo, la falta de apoyo social y escasas compensaciones.

Las consecuencias son el estrés y el burnout que se manifiestan por agotamiento emocional, incremento de la irritabilidad, pérdida de la motivación, baja realización personal, incapacidad para soportar la presión, pobre autoestima, aislamiento social y profesional, etc.


Las principales medidas para minimizar los factores psicosociales y su impacto son:

Aplicación de programas dirigidos a la adquisición de habilidades para la resolución de problemas, manejo eficaz del tiempo, control de las emociones, técnicas de relajación, etc.

  • Favorecer el control y autonomía en el ritmo y la organización básica del trabajo. Diversificación de las tareas y rotación de las mismas.
  • Planificar el trabajo y adecuar las tareas y cantidad de trabajo al tiempo disponible.
  • Evitar el trabajo en solitario y fomentar el apoyo entre compañeros. Crear cauces para la expresión de quejas.
  • Realización de una orientación profesional al inicio del trabajo y proporcionar toda la información necesaria sobre los protocolos y procedimientos de trabajo habituales.

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