La Educación Infantil es la etapa educativa que atiende a nuestros niños/as desde los primeros meses de vida hasta los seis años, con la finalidad de contribuir a su desarrollo físico, afectivo, social e intelectual.
Durante esta etapa, el personal docente son los encargados de desarrollar las programaciones curriculares, organizar y ejecutar los procesos de intervención en el aula, mantener relaciones con las familias de los niños y niñas y con el equipo educativo.
Todo ello, promoviendo e implementando situaciones de juego, experimentación y descubrimiento del entorno, como eje de la actividad y del desarrollo infantil.
En el desempeño de estas actividades, el personal docente se encuentra expuesto a diversidad de riesgos de diferente índole, que pasamos a exponer a continuación.
Para evitar estos riesgos es importante:
El trato diario con niños de corta edad en espacios reducidos y el contacto directo con posibles agentes patógenos como secreciones, heces, saliva, heridas, etc. en tareas tales como cambio de pañal, dar de comer a los niños/as... supone un riesgo de exposición a contaminantes biológicos y posibles enfermedades infecciosas para el personal docente.
Las medidas preventivas para minimizar el riesgo biológico en las escuelas infantiles son:
La herramienta principal del personal docente en el desempeño de sus tareas es la voz, por lo que es muy importante su cuidado, evitar la sobredemanda vocal, reduciendo el riesgo de disfonía y patología profesional de la voz.
La voz se fuerza para atraer la atención de los niños y niñas, así como durante el uso de cuentos y canciones como método de aprendizaje de los pequeños/as.
Los nódulos de las cuerdas vocales, a causa de los esfuerzos sostenidos de la voz durante el trabajo en el personal docente, está reconocida como una enfermedad profesional.
Las medidas para el cuidado de la voz son:
Las causas principales que pueden originar trastornos o lesiones músculo-esqueléticos durante el trabajo con los niños/as en las escuelas infantiles son:
Principales medidas para evitar y/o minimizar los trastornos musculoesqueléticos en las aulas:
- Agacharse doblando las rodillas, con la espalda recta y la cabeza levantada, apoyando los pies en el suelo, ligeramente separados y lo más cerca posible del niño/a.
- Coger entonces al niño/a con las dos manos, manteniéndolo tan próximo al cuerpo como pueda y levantarse estirando las piernas, manteniendo la espalda recta o ligeramente hacia atrás.
- Al transportar al niño/a, distribuir el peso entre las dos extremidades y siempre lo más próximo al cuerpo posible. Evitar las flexiones de espalda y los giros del tronco, es preferible mover los pies para colocarse en la posición adecuada.
- Evitar levantar a los niños/as por encima de la altura del pecho y en ningún caso por encima de la altura de los hombros.
El colectivo de trabajadores de educación infantil es uno de los sectores profesionales con más tendencia a sufrir patologías relacionadas con los factores psicosociales producidas, las exigencias emocionales al ocuparse de los niños/as, las relaciones interpersonales que se establecen a diario con los padres de los alumnos, el exceso de responsabilidad, la falta de desarrollo profesional y de liderazgo, la falta de apoyo social y escasas compensaciones.
Las consecuencias son el estrés y el burnout que se manifiestan por agotamiento emocional, incremento de la irritabilidad, pérdida de la motivación, baja realización personal, incapacidad para soportar la presión, pobre autoestima, aislamiento social y profesional, etc.
Las principales medidas para minimizar los factores psicosociales y su impacto son:
Aplicación de programas dirigidos a la adquisición de habilidades para la resolución de problemas, manejo eficaz del tiempo, control de las emociones, técnicas de relajación, etc.
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