El próximo 21 de diciembre tendrá lugar el solsticio de invierno en el hemisferio norte, es decir, que ese día será el que menos horas de luz solar tenga de todo el año. Concretamente, y según los datos del Instituto Geográfico Nacional, amanecerá a las 8.34 horas y el sol se pondrá a las 17.51, por lo que el día durará un total de 9 horas y 17 minutos. Si lo comparamos con el solsticio de verano, cuando el 21 de junio el día duró 15 horas y 3 minutos podemos preguntarnos, ¿cómo nos afecta la falta de luz solar durante el invierno? Hoy en Prevenidos compartimos las claves para llevar lo mejor posible estos tres meses que nos quedan por delante.
Entrar al trabajo casi de noche y salir en las mismas condiciones hace que nuestro ánimo se resienta y que la sensación de cansancio sea mayor. La falta de luz solar tiene efectos directos sobre nuestro organismo, algunos de los más importantes son:
La melatonina es la hormona que regula los estados de vigilia y sueño en función de la luz solar. Por lo tanto, cuanto más dure el día, menos melatonina se segrega, mientras que cuanta menos luz haya se produce el efecto contrario, motivando así la aparición de la sensación de cansancio a horas más tempranas.
Muchos estudios indican que la falta de luz solar influye en el estado psicológico de algunas personas con efectos como baja motivación, menor energía, irritabilidad, apatía o tristeza. Sin embargo, al igual que como sucede con el síndrome postvacacional, existen una serie de medidas que puedes llevar a cabo para superar el cambio horario.
La noche del 28 al 29 de octubre toca atrasar una hora el reloj para adecuarse al horario de invierno. ¿Qué podemos hacer para adaptarnos lo antes posible?
Adaptar horarios progresivamente: los días anteriores al cambio horario los expertos recomiendan atrasar también los horarios de comidas, cenas y sueño entre 10 y 15 minutos.
Mantener un estilo de vida saludable: a través de una alimentación equilibrada y con la práctica de ejercicio conseguirás que no se alteren los ciclos de sueño. Además, existen ciertos alimentos, como los plátanos, que favorecen la activación de la melatonina. También es importante que reduzcas en lo posible la ingesta de cafeína.
Exposición a la luz solar: siempre que puedas aprovecha los rayos de sol. No solo es importante por la necesidad de la vitamina D para nuestro cuerpo, sino también porque la luz solar te mantendrá más activo. Aprovecha para dar un paseo a mediodía o antes de que se haga de noche.
Evita las siestas durante el día: aunque te encuentres cansado, evita las siestas o pequeños sueños durante el día, sobre todo si no es un hábito que realices con frecuencia, porque puede que luego tengas más dificultad para conciliar el sueño por la noche.
Recuerda que la falta de luz solar por el cambio horario supone una alteración de nuestro ritmo biológico, pero que con ánimo y buenas prácticas ¡se puede superar!
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