OMS: "La inmunización previene enfermedades, discapacidades y defunciones por enfermedades prevenibles mediante vacunación, tales como el cáncer cervical, la difteria, la hepatitis B, el sarampión, la parotiditis, la tos ferina, la neumonía, la poliomielitis, las enfermedades diarreicas por rotavirus, la rubéola, el tétanos...
Es indiscutible que no hay intervención sanitaria preventiva más coste/efectiva que la inmunización…"
La vacunación, desde un punto de vista de salud pública, es un bien no cuestionable que debe ser defendido, fomentado y financiado por las instituciones y autoridades correspondientes. Es muy importante que esta actuación preventiva primaria esté al alcance de todos los ciudadanos del mundo. Esa condición de "bien no cuestionable" requiere una defensa activa, y no debe ponerse en entredicho la eficacia y seguridad de la vacunación sin evidencia científica.
Según establece el Artículo 14 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, "Los trabajadores tienen derecho a una protección eficaz en materia de seguridad y salud en el trabajo", lo que pone de manifiesto la existencia de un correlativo deber del empresario de protección de los trabajadores frente a los riesgos laborales.
En el ámbito laboral, la vacunación es una herramienta preventiva que la empresa ha de contemplar desde dos perspectivas diferenciadas. Por un lado, habrá vacunaciones que el empresario estará "obligado" a ofrecer a sus trabajadores. Serán aquellas que protegen al trabajador de enfermedades que constituyen un riesgo laboral específico para el puesto de trabajo que ocupa. Por ejemplo, la vacuna de la hepatitis B en un profesional médico o sanitario.
Por otro lado, el empresario puede "voluntariamente" ofrecer a sus trabajadores la vacunación contra enfermedades no vinculadas en su origen al trabajo, como podría ser la gripe, por ejemplo. El interés para la empresa en estas vacunas se enmarcaría en las acciones dirigidas al concepto de "empresa saludable", es decir, dirigidas a lograr que la empresa sea un espacio seguro y saludable, respetuoso con el medio ambiente y favorecedor de la buena salud de sus trabajadores.
Las campañas de vacunación bien dirigidas consiguen reducir la contagiosidad de determinadas enfermedades, protegiendo así a los propios trabajadores, a sus familias, a los clientes de la empresa y a los visitantes frecuentes o esporádicos de la misma. Además, la empresa obtendrá algún rendimiento adicional, como la percepción positiva que el trabajador tendrá, en relación a la preocupación de la empresa por su salud, y la reducción de la tasa de absentismo por enfermedad.
Dentro de las vacunas que la empresa puede ofrecer, si lo estima oportuno, al trabajador en general, independientemente del puesto que ocupe, como campaña preventiva y de promoción de la salud, podrían estar, por ejemplo, las de la GRIPE, tétanos, VPH (papiloma humano), etc.
Una muestra de las vacunas que la empresa debe ofrecer y recomendar a sus trabajadores según el puesto de trabajo que ocupen, se puede ver en el siguiente cuadro:
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