Existe la falsa creencia de que la enseñanza es un sector que no está expuesto a riesgos laborales y que lo que sí tienen los profes es mucha suerte de disfrutar de tantas vacaciones.
Pues bien, esto no es cierto. Veremos que, como cualquier otra actividad, la enseñanza lleva consigo determinados riesgos generados por el propio entorno, por las labores ejercidas diariamente, por las condiciones individuales de cada maestro, etc.
Centrándonos en el entorno de colegio, podríamos identificar y separar grupos de trabajadores en función de las tareas que desarrollan y, por tanto, diferentes tipos de riesgos:
Uno de los riesgos que atañe a todos ellos, sin distinguir edad del alumnado, es la voz y es que todos ellos realizan tareas que precisan de un uso mantenido y continuo de la voz. Esta situación puede producir patologías o disfunciones (como por ejemplo la afonía) que afectan a los distintos órganos en la fonación y el habla, causando enfermedades como nódulos y pólipos, reconocidos como enfermedad profesional.
Este problema suele venir desencadenado por sobreesfuerzo vocal, mala acústica o condición ambiental de las aulas, presencia de partículas de polvo o tiza en el ambiente, tareas en espacios abiertos o incluso expuestos al frio (profesores de educación física), o bien por factores personales como hablar de forma inapropiada, fumar, presencia de faringitis, etc.
Otro riesgo común al colectivo del profesorado de colegio es el estrés laboral, causado por el alto nivel de exposición social (atención a terceros). Para reducir este riesgo, se debería planificar la formación/información sobre los factores psicosociales específicos del sector y contar con procedimientos internos empresa/trabajador que ayuden a detectar posibles problemas con alumnos, padres, organización interna, etc.
Fomentar reuniones periódicas internas con el profesorado para tratar temas de carga de trabajo, conflictos con alumnos y padres, condiciones de conciliación, etc. puede ser una de las herramientas más eficaces para conocer el estado de los trabajadores. Además, de desde el área de vigilancia de la salud, se recomienda establecer la implantación de encuestas de prevención de riesgos psicosociales a través de los reconocimientos médicos programados.
Además de estos genéricos, podríamos distinguir otros riesgos específicos para cada grupo de profesores:
Primer ciclo infantil: exposición a agentes biológicos por fluidos corporales (cambio de pañales, vómitos, saliva de los bebés, etc.) y sobreesfuerzos musculoesqueléticos y posturas forzadas (coger en brazos a los niños, inclinación del torso para jugar con ellos, ayudarles en el comedor, etc.).
Medidas preventivas:
Profesores de educación física: fatiga física (sobreesfuerzos y posturas), y lesiones producidas por sobrecarga muscular al realizar labores propias del puesto.
Medidas preventivas:
Profesores de laboratorio: contacto y exposición a productos químicos.
Medidas preventivas:
Profesores de aulas: violencia en las aulas (agresiones por parte de alumnos)
Medidas preventivas:
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