Las dificultades para poder conciliar familia, ocio y trabajo son, en muchos hogares, un rompecabezas continuo. Pero el tema se agudiza cuando llegan las vacaciones escolares.
En algunas casas llevan años aceptando que el padre y la madre no van a coincidir en verano. O si hay suerte con los abuelos, a éstos queda adjudicada la tutela de los más pequeños de la casa por largos días.
La tercera opción es dejarse una suma de dinero importante en campus o colonias. Que de ningún modo deberían ser una alternativa a solucionar el tema de la conciliación familiar, sino una elección por parte de los padres, siempre y cuando se lo puedan costear, por la oferta lúdico-educativa, por las vivencias o cualquier otro motivo de peso.
Y no se puede subestimar los malabares que durante todo el año realizan las familias. Maratones del trabajo al colegio, "taxistas" de extraescolares, rallies en el supermercado, competición de duchas, encontrar "la hora perdida" para hacer un poco de ejercicio, no quedarse dormido el día que quedas para tomar algo con los amigos.
Actualmente, las empresas ya no acotan el período vacacional de los empleados al mes de agosto como hace 30 años. Las empresas quieren dar servicio todo el año y se pide a los empleados cubrir todo el año, de modo que entre los compañeros deben turnarse durante los meses de verano. Y un año escogerás los días que más necesites, pero otros no.
La conciliación aboga por facilitar que cualquier persona trabajadora, hombre y mujer, pueda mantener al mismo tiempo una carrera profesional plena y a la vez ejercer su derecho al cuidado de su familia, el desarrollo de su personalidad, su formación o el disfrute de su ocio y tiempo libre.
Para que esta conciliación personal, familiar y laboral sea real y efectiva se precisa de "una reestructuración y reorganización de los sistemas, laboral, educativo y de recursos sociales, con el fin de introducir la igualdad de oportunidades en el empleo, variar los roles y estereotipos tradicionales, y cubrir las necesidades de atención y cuidado a personas dependientes".
No depende únicamente de las políticas sobre conciliación. Para mejorar este equilibrio entre las distintas áreas de cada persona, es necesario que todos los actores implicados cumplan con su parte de responsabilidad.
Un informe de Unicef compara las políticas de 41 países de la OCDE y la Unión Europea, (junio 2019) y las políticas más conciliadoras corresponden a Suecia, Noruega e Islandia, seguidos por Estonia y Portugal, mientras que España figura en el puesto 14.
Más datos. La empresa GetVoIP investigó la duración de la semana laboral en 40 países. Otra vez, los países nórdicos están en el pódium con la media de horas trabajadas por semana, concretamente Dinamarca con 38,3 y el caso de Holanda con 39,1. En la cola destacan Turquía, que tiene un promedio de la semana laboral en 51,2 horas, Estados Unidos en 43 y Japón en 44,5 horas. España está en el puesto 21 con un promedio de 41,3 horas.
Si tenemos en cuenta la productividad, Luxemburgo, Noruega y Bélgica son los tres países más productivos y su media de horas trabajadas semanales son 38,3 y 40,8 horas. Este dato nos revela que no siempre es beneficioso trabajar más horas. Más bien, resulta mucho más provechoso trabajar planificando de forma inteligente el día y priorizando por importancia las tareas.
Una encuesta realizada por la web de empleo InfoJobs entre más de 1.000 empresas y a una muestra representativa de 3.000 individuos de la población activa española, nos describe cuál es el nivel de desconexión digital de los empleados una vez acaban su jornada.
A más responsabilidad en el trabajo, aumenta el nivel de conexión fuera del horario laboral. crece este porcentaje. En concreto, los cargos directivos admiten atender su correo y su teléfono fuera de la jornada laboral en un 84 %, los mandos intermedios en un 68 %, y los trabajadores con cargo de empleado están conectados en un 45 % de los casos.
Solo el 28 % de las empresas encuestadas afirma disponer de alguna política de desconexión digital, garantizando así, el respeto a su tiempo de descanso y vacaciones, así como la intimidad personal y familiar.
La imposibilidad por conciliar la vida personal y familiar con la laboral tiene efectos negativos, no solo en las personas que la soportan, sino que también afectan a toda la estructura social, y a la economía, de forma negativa.
Determinados factores somo la disminución del índice de natalidad, el envejecimiento de la población, la disponibilidad de una mano de obra cualificada y productiva, y la retención del talento, se asocian cada vez con más frecuencia a los problemas de conciliación.
Estos efectos negativos afectan también, de forma indirecta a las empresas. La desmotivación, los problemas de salud como el estrés y la falta de concentración producto de la disminución en la calidad de vida de los empleados, y el absentismo, son algunas de las consecuencias que acaban repercutiendo en la productividad de las empresas.
Por tanto, no solo es cuestión de medidas legislativas, que lo es, ni de la administraciones públicas, que también, sino que las empresas tienen un rol importantísimo y decisivo en este sentido.
Y evidentemente, cada trabajador y las familias deben reclamar, adoptar y ejercer el derecho de las medidas de las que dispongan.
Se trata de ofrecer un conjunto de medidas de común acuerdo con los empleados, enfocadas a crear condiciones que favorezcan que los trabajadores puedan cumplir de forma óptima con sus responsabilidades laborales y familiares.
Estas medidas no tienen por qué implicar un coste económico elevado, ni tan siquiera suponer grandes esfuerzos ni grandes decisiones que impliquen más trabajo o responsabilidad.
Se trata de acordar acciones o condiciones laborales que aplicadas en puntos clave, contribuyen a mejorar la conciliación. Vamos a citar algunas muy importantes y efectivas.
Para aquellas personas orientadas a resultados, organizadas y responsables, siempre que su tarea no esté ceñida a un horario concreto, la flexibilidad horaria es casi tan valiosa como la retribución. Demuestra confianza recíproca y compromiso.
La libertad en la elección de horarios y el reparto de las horas de trabajo se podría aplicar en la hora de entrada y salida, poder reducir el tiempo de mediodía para comer, acudir a visitas médicas o tutorías de los hijos, acompañar a los mayores, poder elegir vacaciones cualquier día del año...
La transformación digital de las organizaciones permite que no sea necesaria una ubicación fija por parte de los empleados. Videoconferencias por Skype o Hangouts, plataformas de microblogging, la nube, Doodle… la tecnología al servicio de las empresas facilitando la agilidad y la comunicación.
Para muchas personas que sean capaces de trabajar de forma autónoma y responsable, con una clara orientación a trabajar por objetivos, ésta es la mejor fórmula para facilitar la conciliación.
El teletrabajo o flexiworking aporta otros muchos beneficios, como evitar horas de desplazamiento, baja los niveles de estrés y reduce los costes a las empresas.
Las empresas pueden ofrecer un servicio de asesoramiento profesional, respecto a la carrera y trayectoria profesional de cada empleado, mejorar su formación…
También un apoyo personal y/o familiar, de tipo social o psicológico.
Y por supuesto asesoramiento legal, fiscal y financiero.
Son aquellas medidas que permiten a los empleados minimizar los problemas derivados de sus responsabilidades personales y familiares, de modo que puedan optimizar su tiempo y mejorar su atención en el trabajo, y consecuentemente su productividad.
Algunos servicios serían los cheques, una ayuda económica mensual que se puede traducir en cheque restaurante, guardería, y para el cuidado de mayores o personas dependientes. También forma de ticket de transporte, gimnasio…
También ofrecer actividades lúdicas, espacios donde comer, desconectar, espacio de lactancia, ambiente donde practicar deporte, yoga, mindfulness, etc.
Las medidas de conciliación solo aportan beneficios, por un lado, facilitan a los empleados equilibrar las diferentes áreas de su vida, y por otro, ayudan a las empresas a mejorar su productividad y competitividad.
Beneficios para los empleados:
Beneficios para las empresas:
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