Los socorristas desempeñan un papel fundamental en la época estival en nuestras playas y piscinas, garantizando la protección y seguridad de todas aquellas personas que acuden a estos espacios para su disfrute.
Aunque en principio esta actividad pueda parecer relajada por el entorno en el que se desarrolla, no está exenta de riesgos para la seguridad y salud del socorrista, debido a las propias características de las instalaciones, las condiciones ambientales a las que se encuentran expuestos, además de trastornos musculoesqueléticos y factores de origen psicosocial, derivados de la responsabilidad de su trabajo y situaciones de estrés.
Entre los principales riesgos a los que los socorristas se encuentran expuestos están las caídas al mismo nivel (sobre todo por circular por zonas húmedas), caídas a distinto nivel, sobreesfuerzos al manipular personas accidentadas y adoptar posturas forzadas, exposiciones extremas a calor, frío, humedad y radiación solar, agentes biológicos (protozoos, hongos, bacterias y virus) y agentes químicos tales como desinfectantes, alguicidas, cloro, etc. en el caso de las piscinas.
En cuanto a los riesgos de origen psicosocial, los socorristas deben prestar una labor de atención y vigilancia constante que les obliga a estar en alerta en todo momento, todo ello unido a largas jornadas de trabajo bajo condiciones ambientales que pueden resultar extremas. Además, no es raro que se produzcan enfrentamientos con los usuarios al no querer acatar en muchas ocasiones las normas de precaución y seguridad establecidas.
Por todo ello, es importante que si este verano vas a trabajar de socorrista además de proteger a los demás te protejas a ti mismo. A continuación, te indicamos una serie de medidas de prevención y protección básicas que es importante tengas en consideración y no te olvides de aplicar.
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