La Volvo Ocean Race ha comenzado su novena etapa, la última etapa larga, un cruce transtlántico de 3.300 millas náuticas desde Newport (Rhode Island, EE.UU.) a Cardiff (Gales). Se trata de una etapa de mucha presión psicológica, la última que puntúa doble en un momento de la competición en el que la puntuación está muy ajustada, sobre todo entre los primeros clasificados.

En ediciones anteriores esta etapa se hacía desde Newport a Lisboa y sin embargo este año, el destino es Cardiff ¿Y esto en que influye? Dada la forma esférica de la Tierra, la distancia más corta entre Newport y Cardiff es una ruta bastante al norte, ideal para los regatistas, que siempre buscan latitudes con más viento. Cuánto más al norte, más frío, más viento y por tanto, mayor velocidad.

Al poder poner rumbo tan al norte, el frío y los fuertes temporales pasan factura a los tripulantes. Se forman ampollas en la cara igual que quemaduras (lesiones de segundo grado). Las manos quedan inflamadas, rojas y doloridas. Aunque usan ropa especial para protegerse del agua, todo se va mojando gradualmente, ropa interior inclusive, sin posibilidad de secarse después. El agua llega también al interior del barco, sacos de dormir incluidos, por lo que resulta muy complicado entrar en calor incluso cuando no toca guardia.

Dick Pasker, Neumólogo en el Hospital Quirónsalud Torrevieja, y regatista de la ‘Whitbread Round the World Race’ en 1989 y 1993, cuenta cómo después de las etapas frías de la competición sufría pérdida de sensibilidad y dolores en los dedos de las manos y de los pies a causa de una Neuropatía Periférica, muy común en respuesta al frío. "Hoy en día, por razones de seguridad (iceberg limits), los barcos de la VOR no se dirigen tan al sur o tan al norte como en las primeras ediciones de la competición. La velocidad que se alcanza con los barcos modernos es superior y por tanto, el riesgo de colisión también. Sin embargo, aunque ahora no alcancen latitudes tan extremas y el frío sea menos intenso, las tripulaciones están expuestas a más agua que salpica en cubierta casi continuamente por la gran velocidad"

¿Qué peculiaridades médicas nos vamos a encontrar en esta etapa?

Congelaciones

Es importante que la flota de la VOR se prepare frente a las congelaciones, o semi-congelaciones, y es que estas suelen aparecer por la combinación del salitre, el viento y el spray de agua fría, es decir, todo lo que van a encontrar en esta nueva etapa.

Además, para muchos de los trabajos que los regatistas hacen en cubierta, como el cambio de vela, no es cómodo utilizar los guantes, y por tanto tienden a quitárselos. Del mismo modo, no resulta cómodo llevar protegida por completo la cara.

Esto hace que las partes del cuerpo que habitualmente tienden a congelarse son las mejillas, el mentón, las orejas, la nariz… ¿Por qué pasa esto? Porque cuando partimos de un estado de deshidratación, que como ya comentamos en el post anterior, suele ser una constante en la VOR, el organismo humano redistribuye líquidos y cierra los vasos sanguíneos que nutren zonas que considera no vitales (nariz, orejas, manos, pies) para mantener la hidratación de los órganos vitales más importantes.

Congelaciones-VORCongelaciones-VOR

Por tanto, la importancia de la hidratación vuelve a ser un aspecto capital cuando hablamos del estado de salud de la flota de la VOR. Y en etapas muy frías, la deshidratación supone un agravante de la congelación.

Uno de los productos que más se utilizan para evitar las congelaciones, no sólo en Vela, sino también en otros deportes como el patinaje sobre hielo, es la vaselina. Sí, algo tan simple. Una vaselina en crema que pueda ser fácilmente aplicable en la cara principalmente.

Falta de descanso

La etapa 9, como hemos comentado, es la última etapa considerada ‘larga’, aunque a lo largo de la competición las ha habido más largas. Son alrededor de 8 días de travesía, y aunque no son muchos, son suficientes como para que aparezcan los problemas derivados de la falta de descanso.

A pesar de no ser una etapa a lo sprint, para los regatistas es decisiva por la doble puntuación, lo que hace que la flota se ponga al límite para poder alcanzar la mayor velocidad posible dando, cada uno de los regatistas, lo máximo de sí mismos.

Esto conlleva a que seguramente haya una gran falta de descanso a bordo, ya que mantendrán a toda la tripulación en cubierta, todos trabajando, hasta que estén definidas las posiciones, entrando tarde en el sistema de guardias.

Sin embargo, no descansar lo suficiente a bordo de una embarcación de competición no es una buena idea. El sueño y la falta de descanso provoca en los regatistas un agotamiento físico y mental que trae como principal consecuencia la comisión de errores a bordo, ya sea rotura de material, bajadas de posiciones, etc.

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Nuevamente comprobamos cómo muchos de los hábitos adquiridos por los regatistas durante la competición en ocasiones pueden pasarles malas jugadas.