Molina (neumóloga): “Hay un gran problema para asumir las secuelas intersticiales pulmonares a largo plazo de la covid”
Advierten de la falta de dimensión de los servicios de Neumología en España para afrontar las secuelas respiratorias crónicas de la covid.
La pandemia de la covid-19 fue un auténtico tsunami que puso a prueba los sistemas sanitarios de todo el mundo. Una vez pasada su fase más aguda, queda todavía por lidiar con parte de las secuelas que ha dejado y está dejando tras de sí. Una de estas consecuencias respiratorias de la enfermedad son las alteraciones intersticiales ocasionadas por el daño alveolar sufrido durante la infección por una reparación inadecuada del tejido.
La cronicidad de este trastorno y la mayor proporción de pacientes que lo sufren ha sido uno de los temas principales en el pasado congreso de la Sociedad Europea de Respiratorio (ERS),en Barcelona, reflejo de la preocupación que suscita entre los profesionales.
La covid-19 es una enfermedad que puede inducir un daño alveolar difuso, que es lo que causa la mayoría de las muertes. Entre los pacientes más graves que superan la fase aguda existe un porcentaje menor de casos que, en vez de recuperarse del todo, presenta lesiones persistentes que pueden desarrollar fibrosis pulmonar, una enfermedad crónica que afecta en gran medida la calidad de vida.
Aunque la prevalencia de esta complicación es minoritaria, la gran dimensión que ha tenido la pandemia, con el número gigantesco de contagios que se produjo, hace que ahora exista un grave problema de cronicidad.
"Se han asignado muchos recursos humanos a la fase aguda de la enfermedad, pero son escasos para la fase poscovid, y ninguno para el poscovid intersticial. Por lo tanto, tenemos un problema muy grande para poder asumir el gran incremento de pacientes con secuelas intersticiales pulmonares a largo plazo, entre otros trastornos respiratorios crónicos", explica María Molina, jefa del Grupo de Investigación en Neumología del Hospital Universitario de Bellvitge (Idibell-UB), y miembro de la ERS, quien señala cómo las Unidades de Enfermedades Intersticiales especialmente, pero en general los Servicios de Respiratorio en España están ahora mismo infradimensionados y al borde del colapso, tanto por la parte clínica Neumológica como la Radiológica.
"Creo que no se ha medido el impacto de la covid-19 como infección respiratoria en relación, más allá de la fase aguda, a las consecuencias crónicas pulmonares de haber pasado la enfermedad. Esto sucedió hace siglos con otras epidemias como la polio o la tuberculosis. Son enfermedades infecciosas respiratorias que dejan unas secuelas pulmonares que provocan cronicidad respiratoria", añade la neumóloga, señalando cómo otros países europeos como Dinamarca o Suiza han sabido dimensionar mejor las necesidades de las unidades asistenciales, aunque éstos sean países donde también hubo una menor incidencia durante la fase aguda de la pandemia.
La reunión también ha servido para actualizar las pautas de tratamiento de la fibrosis pulmonar idiopática (FPI) con una nueva guía y, además con la presentación de otra para la fibrosis pulmonar progresiva (FPP). "Unificar la terminología y criterios identificativos de la FPP nos permite referirnos a estas enfermedades fibrosantes del pulmón de forma unificada en todo el mundo. Es el primer paso para poder trabajar de forma global en tratamientos que puedan modificar la historia natural de la enfermedad", recalca María Molina.
Lo más destacable de la actualización de la guía de FPI es la incorporación de nuevas herramientas diagnósticas que permiten reducir la invasividad para el diagnóstico certero de la enfermedad.