La 'lotería genética' protege a personas que se infectan por SARS-Cov-2, pero no enferman
La primera evidencia genética para covid-19 asintomático, que abre nuevos objetivos para fármacos y vacunas, apunta a la mutación específica HLA-B*15:01.
Son 'esquivadores' del SARS-CoV-2, 'superresistentes', 'surfeadores' de todas las olas pandémicas que no se han contagiado a pesar de mantener exposiciones continuadas, de convivir con personas infectadas o de realizar trabajos en los que el contagio era casi inevitable. Este 'escudo' contrasta con la situación de personas que, a pesar de no presentar factores de mayor predisposición -edad o morbilidades asociadas, por ejemplo-, no solo se infectaron sino que, en algunos casos, presentaron las formas más graves de la infección e incluso fallecieron.
La inmunidad individual fue de las primeras causas que se barajaron en esta especie de 'autoinmunidad vírica'. Pero, no se perdían de vista los rasgos genéticos personales, cuyas peculiaridades actuarían como protectores frente al SARS-CoV-2, otorgando al organismo un rango de 'hiperinmunidad'. De hecho, el potencial poder de los genes en el desarrollo y gravedad de la covid-19 y su influjo en las respuestas inmunitarias estuvo en el punto de mira desde los primeros meses de la pandemia.
En un trabajo publicado en Nature Immunology, el inmunólogo y pediatra francés Jean-Laurent Casanova, director del Laboratorio que comparte entre la Universidad Rockefeller de Nueva York, y el Hospital Infantil Necker, en París, señalaba que "el panorama genético de un individuo en particular y de una población en general desempeñaría un papel fundamental en la configuración de la dinámica de la covid-19".
Es más, este reconocido experto mundial adelantaba a Diario Médico que el síndrome inflamatorio multisistémico de la covid-19 (MIS-C) que afecta gravemente a algunos niños también tiene una explicación genética. "Hay una causa genética y, al menos en algunos niños, el MIS-C aparece por errores congénitos", avanzaba Casanova.
Las preguntas y los pasos que se daban en torno a las causas genéticas de la gravedad de la covid-19 se fueron trasladando, casi de forma simultánea, hacia la otra cara de la moneda: personas que nunca se han contagiado con esta enfermedad vírica, abriendo de nuevo incógnita: ¿puede la genética esclarecer también por qué hay personas que esquivan continuamente al SARS-CoV-2?
Según los hallazgos de un nuevo estudio publicado en el último Nature, la respuesta parece ser sí y la clave estaría en ser portador de una variante genética específica, la mutación HLA-B*15:01.
El trabajo, que ofrece una de las primeras evidencias de la base genética para el SARS-CoV-2 asintomático, estas personas tienen el doble de posibilidades de ser portadores de esta variación genética específica -frente a aquellas que se vuelven sintomáticas- que los ayuda a eliminar el virus. Es decir, pueden infectarse pero no enferman.
El secreto está en el antígeno leucocitario humano (HLA). Uno de los genes que codifican HLA parece ayudar a las células T, eliminadoras de virus, a identificar el SARS-CoV-2 y lanzar un 'ataque relámpago'. Así, las células T de las personas que portan esta variante pueden identificar el nuevo coronavirus, incluso si nunca lo han encontrado antes, gracias a su parecido con los virus del resfriado estacional que ya conocen.
Este emocionante descubrimiento, que apunta a nuevos objetivos para el futuro desarrollo de medicamentos y vacunas contra la covid-19, es el resultado de un trabajo colaborativo entre Estados Unidos y Australia dirigido por Danillo Augusto, de la Universidad de Carolina del Norte en Charlotte; Jill Hollenbach, de la Universidad de California, en San Francisco; y Stephanie Gras, de la Universidad La Trobe, en Australia.
El equipo de Hollenbach, profesora de Neurología, Epidemiología y Bioestadística del Instituto Neill de Neurociencias en la Universidad de California, en San Francisco, recopilaron datos desde el principio de la pandemia de 29. 947 personas no vacunadas que fueron evaluadas mediante una aplicación móvil diseñada específicamente para rastrear los síntomas de covid-19, entre las que 1.428 tuvieron prueba positiva para el virus entre febrero de 2020 y finales de abril de 2021, antes de que las vacunas estuvieran disponibles.
De estos, 136 personas permanecieron asintomáticas durante al menos dos semanas antes y después de dar positivo. Solo una de las variantes de HLA, la HLA-B*15:01, tuvo una fuerte asociación con la infección asintomática por covid-19, hecho que se reprodujo en dos cohortes independientes.
"Los factores de riesgo para esta patología, como la edad, ser obeso y tener enfermedades crónica como la diabetes, no parecieron influir en quienes permanecieron asintomáticos", indica Hollenbach, principal autora del estudio, cuyo equipo se enfocó en el concepto de memoria de células T través del cual el sistema inmunitario recuerda infecciones previas.
Según Augusto, se ha observado que las células T de personas que portaban HLA-B15, pero que nunca habían estado expuestas al virus SARS-CoV-2, aún respondían a una parte del nuevo coronavirus llamado péptido NQK-Q8. "La exposición a algunos coronavirus estacionales, que tienen un péptido muy similar llamado NQK-A8, permitió que las células T de estas personas reconocieran rápidamente el SARS-CoV-2 y desarrollaran una respuesta inmune más rápida y efectiva".