La fatiga postcovid mejora con la terapia cognitiva conductual
Un estudio clínico randomizado controlado muestra el beneficio de la terapia psicológica en la reducción de la fatiga y los problemas de concentración.
Tras la declaración del fin de la emergencia sanitaria global por la covid-19, hecha el viernes por el director general de la Organización Mundial de la Salud, parece que el mundo quiere pasar página. Pero para algunas personas no va a ser tan fácil. Son aquellas con covid persistente. Según estimaciones recientes, podría afectar a un 5-10% de las personas que han sufrido una covid, si bien la cifra podría ser menor, atendiendo a factores como la vacunación o la atención médica recibida.
Las personas con covid persistente presentan una amplia variedad de síntomas, tales como fatiga, dificultad respiratoria, fiebre, dolores de cabeza, trastornos del sueño y la llamada niebla mental o deterioro cognitivo. Duran meses o incluso años tras la infección inicial por SARS-CoV-2.
Entre esos síntomas, la fatiga y la niebla mental se encuentra entre los más frecuentes y discapacitantes, y no tienen tratamiento específico.
Un estudio que acaba de publicarse en Clinical Infectious Diseases muestra un beneficio de la terapia cognitiva conductual en las personas con fatiga y problemas de concentración por covid persistente.
Hans Knoop, catedrático de Psicología Médica de los Centros Médicos Universitarios (UMC) de Ámsterdam, es el autor principal del trabajo, donde también han participado investigadores de otros tres hospitales. Afirma que "tras la terapia conductual, los pacientes no sólo presentaban menos síntomas, sino que también funcionaban mejor tanto física como socialmente. Esas mejoras seguían presentes incluso después de seis meses".
El trabajo, denominado ReCOVer, comparó a pacientes que recibieron terapia cognitiva conductual con otros que recibieron la atención habitual, consistente en la supervisión de su médico de cabecera o especialista, fisioterapia y/o terapia ocupacional.
La psicoterapia afrontó los síntomas de forma diferente: "Junto con los pacientes, estudiamos, por ejemplo, cómo pueden mejorar su ritmo de sueño-vigilia. También les ayudamos a volver a ser más activos con pasos seguros. Por ejemplo, dando pequeños paseos", explica Knoop.
Tanto en la fatiga como en la falta de concentración el tratamiento obtuvo resultados claros para la mayoría de los pacientes. Además, experimentaron progresos significativos en el ámbito social y físico. Unos resultados que también demostraron ser estables a lo largo del tiempo. Después de seis meses, las diferencias, en comparación con los que recibieron atención habitual, seguían presentes. "La terapia cognitiva conductual también parece ser un tratamiento seguro. Nuestra investigación demuestra que los síntomas no empeoraron y que surgieron nuevos síntomas con menos frecuencia", añade el autor principal.
Los investigadores subrayan que el hecho de que la terapia conductual pueda ayudar no significa que la causa de estos síntomas de covid persistente sea psicológica.
Precisamente, otro reciente estudio que acaba de publicarse en Neurology: Neuroimmunology & Neuroinflammation ha identificado un perfil inmunitario en doce personas con síntomas neurológicos persistentes tras la infección por SARS-CoV-2 que fueron estudiadas exhaustivamente.
La investigación, llevada a cabo en los Institutos Nacionales de Salud estadounidenses (NIH), mostró que estas personas tenían niveles más bajos de linfocitos T CD4+ y CD8+ -células inmunitarias implicadas en la coordinación de la respuesta del sistema inmunitario a los virus- en comparación con los controles sanos.
Los investigadores también hallaron un aumento en el número de linfocitos B y otros tipos de células inmunitarias, lo que sugiere que la alteración en la regulación inmunitaria puede tener un papel en la covid persistente.
Este hallazgo abunda en la evidencia creciente de que los cambios inmunológicos y del sistema nervioso generalizados pueden contribuir al trastorno postcovid. Además, podrían mejora la caracterización de la enfermedad y sus posibles estrategias terapéuticas, entre las que no descartan la inmunoterapia.