Los retos de la siniestralidad laboral
Tras conocerse la cifra de fallecidos en accidentes en el ámbito del trabajo durante 2017 -con un total de 618 muertos, 11 más que en 2016-, la prevención y la seguridad se presentan como elementos determinantes ante el reto de ver reducir estos lamentables números.
El pasado mes de febrero, el Ministerio de Empleo y Seguridad Social publicaba los datos sobre número de trabajadores que lamentablemente fallecieron a causa de un accidente laboral en el año 2017. La cifra ascendió a 618 personas, 11 más que en el año 2016. De todos ellos, 484 trabajadores murieron durante su jornada laboral. La gran mayoría se produjeron en el sector servicios, con 247 fallecidos del total.
Tradicionalmente el sector servicios ha sido uno de los motores más importantes de la producción y economía españolas. La cada vez mayor profesionalización de sus trabajadores, lo convierten en punto clave desde la perspectiva de prevención de riesgos y medicina laboral. Se trata de un grupo heterogéneo en el que se pueden distinguir diversos tipos de actividades como pueden ser el comercio, la hostelería o el transporte. Existen riesgos generales asociados, sobre todo al entorno e instalaciones donde se realizan los trabajos. Son frecuentes las caídas del mismo nivel, choques y golpes contra objetos. Se precisan adecuadas condiciones de orden y limpieza. Los desniveles, obstáculos u otros elementos que puedan originar riesgos de traumatismos deben estar convenientemente señalizados, por color mediante franjas alternas en función del Real Decreto 485/1997.
La iluminación debe ser adecuada, en especial en escaleras y vías de circulación. Una rigurosa formación en el modo de manipular cargas evitará trastornos musculo-esqueléticos tan frecuentes como las lumbalgias o tendinitis en miembros superiores. Los riesgos eléctricos son habituales. El paso de corriente por el cuerpo puede dar lugar a fibrilación ventricular, tetanización con movimientos musculares involuntarios, asfixia o quemaduras que pueden condicionar elevado riesgo de fallecimiento. El aislamiento de elementos eléctricos activos evita los contactos eléctricos directos. La puesta a tierra de las masas combinada con la utilización de interruptores diferenciales disminuye el riesgo de contactos eléctricos indirectos. La prevención del riesgo de incendios requiere medidas tan básicas y conocidas como respetar las prohibiciones de fumar, uso adecuado de productos inflamables y revisión periódica de los dispositivos de seguridad.
Es el sector del transporte por carretera uno de los más afectados por accidentes graves con repercusiones nefastas en salud. Aquí quedan incluidos taxistas, chóferes, conductores de autobuses, camiones y furgonetas, así como los servicios de entrega en bicicleta o motocicleta. Hay factores de riesgo humano como las distracciones al volante por el uso de teléfonos móviles, navegadores o manipulación de la radio. Por otra parte, se calcula que entre el 20 y el 30 por ciento de los accidentes laborales acontecidos en el transporte por carretera se deben a la fatiga condicionada por un insuficiente descanso, estrés, cambios de turnos laborales o el uso de determinados medicamentos. Es importante programar los desplazamientos con suficiente antelación, tener cierta flexibilidad horaria y gestionar correctamente la carga de trabajo.
La vigilancia de la salud del conductor es una prioridad para controlar sus condiciones psicofísicas. En este punto, el compromiso empresarial debe ser total. El consumo de alcohol es causa de casi el 50 por ciento de los accidentes mortales. Una tasa de 0.0 g/l es la única para poder conducir seguro en el entorno laboral. Es prioritario respetarlo, así como el control de la velocidad. Antes de comenzar a circular, se debe adecuar la posición del volante para dotar al conductor de libertad de movimientos, así como revisar el triángulo de seguridad del vehículo que incluye frenos, neumáticos y suspensiones. También la adecuada colocación de cargas es fundamental para evitar accidentes. Cuando la carga sobresale por la parte trasera de un vehículo debe señalizarse convenientemente mediante el uso de la señal V-20 y respetar la legislación vigente en el transporte de mercancías peligrosas.
Es necesario planificar cada ruta para intentar circular por las carreteras más seguras y evitar las condiciones climatológicas adversas. La prudencia aquí es fundamental tanto en el conductor novel como en conductores experimentados en los que el exceso de confianza se convierte en un factor de riesgo.
En relación a los fallecimientos in itinere, al ir o volver del trabajo, perdieron la vida 134 personas en 2017. Este concepto como accidente laboral se recoge en el artículo 115.2.a de la Ley General de la Seguridad Social. Para poder ser considerado como tal, no debe existir interrupción del viaje excepto por motivos justificados, debe ocurrir en tiempo inmediato o próximo a la entrada o salida del trabajo, en el trayecto habitual y normal, con un medio de transporte racional y adecuado. En materia de prevención, son aplicables las mismas recomendaciones que para conductores profesionales.
En el sector dedicado a la industria manufacturera, 94 personas perdieron la vida en el desempeño de su actividad laboral, distribuidas entre las industrias del metal, textil y alimentación. La construcción, con 79 fallecidos y el sector agrario, con 64 fallecidos, cierran los datos globales de siniestralidad del año 2017. Además, se registraron un total de 583.425 accidentes laborales con baja. De todos ellos, 503.749 ocurrieron durante la jornada laboral y 79.676 fueron in itinere, siendo este último grupo el que mayor incremento experimenta con respecto a años previos. En 2018 estos datos pueden y deben mejorar. En tiempos de desafíos y controversias, los retos se debilitan. Pero en salud, siempre quedará tiempo para la esperanza compartida.