Un nuevo coronavirus hallado en murciélagos en Rusia es capaz de infectar células humanas
En experimentos de laboratorio se ha comprobado que el virus puede unirse al receptor ACE2, el mismo que usa el SARS-CoV-2, y confirman la necesidad de una vigilancia epidemiológica global.
Los coronavirus han demostrado, en varias ocasiones, su capacidad para dar un salto entre especies y llegar a los humanos. El ejemplo más reciente es el del SARS-CoV-2, en cuya pandemia seguimos inmersos, pero antes lo habían logrado ya otros parientes, como el MERS o el SARS-CoV-1. Es necesario, por tanto, vigilar de cerca -y prepararnos- frente a estos y otros patógenos por su potencial pandémico. La amenaza sigue ahí, latente, tal y como demuestra un nuevo estudio publicado en la revista PLoS Pathogens.
Con la idea de estudiar el potencial infeccioso de nuevos agentes, un equipo de científicos de la Universidad de Colorado (EE. UU.) estudió las cualidades de dos nuevos coronavirus -en concreto del subgénero sarbecovirus- que fueron hallados en murciélagos de herradura (Rhinolophus) en Rusia en 2020.
Mediante análisis con cultivos celulares, los científicos comprobaron, en primer lugar, si las proteínas de la espícula de esos virus eran capaces de unirse a receptores de las células humanas bajo diferentes condiciones. Los resultados de los experimentos mostraron que uno de los sarbecovirus, el denominado Khosta 2, sí era capaz de entrar en las células humanas, utilizando además la misma puerta que emplea el SARS-CoV-2, el receptor ACE2.
En su trabajo, los científicos subrayan que pese que Khosta 2 pertenece a un linaje diferente al de los SARS-Cov 1 y 2 y se ha identificado en murciélagos fuera de Asia también es capaz de emplear la misma vía de acceso a las células humanas.
En un experimento posterior, los científicos, que utilizaron pseudovirus en sus ensayos, también comprobaron que las proteínas de la espícula del Khosta 2 eran resistentes tanto a los anticuerpos generados frente a SARS-CoV-2 como al suero de individuos vacunados frente a este patógeno. Para Isabel Sola, codirectora del Laboratorio de Coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), este estudio vuelve a poner el foco sobre la necesidad de que la vigilancia epidemiológica sea global.
"Hallazgos como este descrito en el artículo reconfirman que los murciélagos de todos los continentes contienen nuevos coronavirus con capacidad de infectar células humanas. Podrían saltar desde el animal a un humano y transmitirse después entre humanos. Es decir, tienen potencial pandémico y tenemos que vigilarlos", subraya.
La vigilancia "implica tener sistemas que permitan diagnosticarlos y también significa que tenemos que prepararnos para defendernos de ellos", continúa la investigadora.
En ese sentido, Nacho de Blas, especialista en Epidemiología veterinaria y profesor titular del departamento de Patología Animal de la Universidad de Zaragoza, recuerda que el receptor ACE2 no es la única puerta que pueden utilizar los coronavirus. "Además de ACE-2 que usan SARS-CoV y NL63, hay otros que usan la DDP4 (MERS), el ácido siálico acetilado (OC43 y HKU1) o la aminopeptidasa N (229E)", expone.
Los autores del estudio sugieren que una medida clave para protegernos frente a estos patógenos potenciales sería desarrollar vacunas universales, comunes frente a los distintos parientes cercanos que tiene el SARS-CoV-2, una medida con la que coincide Sola. "También nos podemos anticipar obteniendo anticuerpos que los neutralicen y evaluando la eficacia de antivirales", expone.
"Aunque ya casi no nos acordamos de SARS-CoV-2, no podemos olvidar que la amenaza de otros virus pandémicos sigue ahí fuera, sobrevolando en murciélagos. Sería bueno que después de la pandemia hayamos aprendido esta lección", concluye la investigadora.