Los estudios sugieren que un 10% de contagiados desarrolla covid persistente y que hay varios fenotipos
Los especialistas piden más investigación para contar con biomarcadores que ayuden al diagnóstico, pronóstico y tratamiento de la entidad.
"Long covid, mito o realidad". Este es el título de la sesión científica celebrada durante el reciente congreso nacional de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) de Santiago de Compostela. La respuesta a esta disyuntiva es que el covid persistente es una realidad, pero otra de las conclusiones destacadas es que hay que seguir investigando para contar con herramientas como biomarcadores que ayuden al diagnóstico, pronóstico y tratamiento de una enfermedad que, según la OMS, tiene más de 200 síntomas.
Moderada por José Ramón Blanco Ramos, médico del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario San Pedro de Logroño, y por Judit Villar García, del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital del Mar de Barcelona, en el debate científico han participado como ponentes Francisco Tejerina Picado, del Servicio de Microbiología Clínica-Enfermedades Infecciosas-VIH del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid, y Julián Olalla, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Costa del Sol de Marbella.
"No se ha puesto en duda que exista el covid persistente. Los estudios actuales estiman que un 10% de las personas que superan la infección pueden sufrir la enfermedad", ha aseverado en declaraciones a DM José Ramón Blanco, quien matiza que no se puede hablar con rotundidad de una dolencia que está comenzando. Hoy en día, se considera que una persona padece covid persistente cuando los síntomas se prolongan más de doce semanas y las pruebas descartan un diagnóstico alternativo.
Los síntomas son muchos y pueden fluctuar: "Puede ocurrir que un paciente mejore y después reaparezcan los síntomas con igual o más intensidad". Pueden persistir el dolor muscular y articular, el cansancio, síntomas respiratorios como una tos irritativa, neurológicos como zumbidos, dolores de cabeza, niebla mental o pérdida del gusto y el olfato, cardiacos como palpitaciones y sensación de dolor.
No obstante, Blanco ha subrayado que es muy importante diferenciar esta afección de las secuelas: "Alguien que ha estado en la UCI con una afectación pulmonar severa que le deja cicatrices, eso es una secuela, no un covid persistente".
La experiencia también ha identificado algunos factores que favorecen el long covid, pero sobre este aspecto también se han producido variaciones con el paso del tiempo:
"Al principio de la pandemia se identificaba con la severidad de la infección, luego se han visto casos de personas en las que no ha sido grave". Enfermedades pulmonares, la diabetes o la obesidad son algunos ejemplos. "En un estudio reciente se habla de que exista una base genética", ha añadido el moderador del debate.
En cuanto a las causas, se barajan también varias hipótesis. Una de ellas es la persistencia del virus, ya que algunas personas presentan restos de virus habiendo transcurrido un año desde el contagio, lo cual no quiere decir que esté activo.
Otras teorías son que la reactivación del virus de Epstein-Barr puede desempeñar un papel importante en el desarrollo de síntomas de covid persistente y que algunas enfermedades autoinmunes se desencadenan tras una infección vírica. Asimismo, se ha relacionado con una alteración en las plaquetas que el cuerpo no es capaz de contrarrestar.
La posibilidad de que no se trata de una enfermedad única sino de diferentes fenotipos adquiere relevancia: "Con tantos síntomas y manifestaciones distintas, varias hipótesis sobre las causas, es probable que haya diferentes fenotipos", ha considerado José Ramón Blanco.