EASA y ECDC se suman a la recomendación de uso de mascarilla y tests a viajeros procedentes de China
Las agencias han animado también a controlar las aguas residuales para buscar nuevas variantes.
El estallido de casos de Covid-19 ha conllevado la movilización de diferentes organismos que han emitido sus propias recomendaciones sobre la gestión de los viajeros procedentes del país asiático, una vez abiertas sus fronteras. Entre ellos, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA, por sus siglas en inglés) y el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) se han sumado a las recomendaciones de usar mascarilla y realizar pruebas a estos pasajeros, así como animan a controlar las aguas residuales en búsqueda de nuevas variantes.
Las recomendaciones, definidas en un apéndice del Protocolo de Seguridad Sanitaria en la Aviación publicado conjuntamente por la AESA y el ECDC, tienen por objeto "reducir el riesgo de propagación geográfica de una posible nueva variante, así como la probabilidad de transmisión durante los viajes aéreos".
"Es una rápida respuesta coordinada europea a la rápida propagación de la Covid-19 en China, con el fin de garantizar la seguridad sanitaria en la aviación y limitar la propagación del virus a otras regiones. Está claro que estas medidas son temporales y se han diseñado como una respuesta proporcionada, que puede aplicarse en cualquier otra situación comparable si se produce un brote regional de Covid-19", ha declarado el director de Estrategia y Gestión de la Seguridad de la AESA, Luc Tytgat.
Por su parte, la directora del ECDC, Andrea Ammon, ha resaltado que los países europeos "deben centrarse en la detección precoz de cualquier nueva variante". "Dado que las nuevas variantes pueden aparecer en cualquier parte del mundo, la piedra angular de dicha detección es una vigilancia eficaz basada en un muestreo representativo, que puede complementarse con el cribado de muestras de los pasajeros que llegan a la UE procedentes de China, o de otras partes del mundo", ha añadido.
Al respecto, ha insistido en que es "muy importante el refuerzo general de la vigilancia y el control genómico en los Estados miembros". "Debemos permanecer vigilantes y seguir de cerca la situación, especialmente en un momento de co-circulación de otros virus respiratorios como el VRS y la gripe. Nuestros esfuerzos de respuesta deben ser coherentes, coordinados, proporcionados y sostenibles", ha detallado.
Las recomendaciones de la EASA y el ECDC recogen realizar pruebas de COVID-19 previas a la salida a los pasajeros de vuelos directos e indirectos desde China; el uso de mascarillas a bordo del avión, tanto para los pasajeros como para la tripulación; o la mejora de la limpieza y desinfección de las aeronaves que cubren estas rutas.
Además, y "siempre que sea posible", instan a "tener en cuenta el estado de vacunación de los miembros de la tripulación antes de asignarles un puesto de trabajo".
Una de las medidas estrella es realizar "pruebas aleatorias en una muestra de los pasajeros que lleguen". La EASA y el ECDC han reclamado que aquellas pruebas que den positivo se secuencien "para obtener información temprana sobre las variantes circulantes y cualquier nueva variante que surja en la región de origen".
En el mismo sentido, consideran que las aguas residuales "deberán controlarse en los aeropuertos con vuelos internacionales y en los aviones procedentes de China para controlar el nivel de infección y detectar cualquier nueva variante".