Pérdida de olfato y gusto con la covid-19, señal de una respuesta inmune robusta
Las personas con estos síntomas tuvieron mayores niveles de anticuerpos IgG, independientemente de otros factores predictores como sexo o edad.
La pérdida del olfato y el gusto durante la infección por covid-19 son factores predictivos claros de que la respuesta inmunológica (basada en títulos de IgG) es robusta, concluye un estudio que se acaba de publicarse en PLoS ONE.
El estudio está dirigido por Jonathan Overdevest, un experto en rinología del Departamento de Otorrinolaringología y de Cirugía de Cabeza y Cuello en el Hospital Presbiteriano de Nueva York, que a raíz de la pandemia está llevando a cabo una línea de investigación sobre la pérdida sensorial asociada a la infección aguda y como una secuela de esta.
"Nuestro estudio demuestra que el olfato y el gusto alterados están asociados con una respuesta serológica robusta al SARS-CoV-2. La asociación sigue siendo significativa cuando se ajusta por otros predictores de la respuesta serológica, incluidos la edad y el sexo", escriben los científicos.
Entre las implicaciones inmediatas de este hallazgo destacan que puede contribuir a comprender "la prevalencia y la duración de la respuesta inmunológica entre los pacientes con antecedentes de infección por SARS-CoV-2 y las personas que se vacunan".
Tanto la anosmia como la ageusia en diversos grados se han señalado como síntomas de infección por SARS-CoV-2; también se ha estudiado la presencia de ambas como factores predictores en el diagnóstico de covid-19, no obstante, apuntan estos investigadores, no se había explorado la capacidad de los déficits quimiosensoriales para predecir la respuesta inmunológica.
"Nuestros resultados sugieren la presencia de una respuesta robusta de IgG anti-Spike [proteína de la superficie del SARS-CoV-2] en individuos que experimentan pérdida del olfato y el gusto durante la infección por covid-19".
Como dato curioso, el estudio muestra que la positividad de IgG se asoció no solo con la disfunción quimiosensorial, sino también con el sexo masculino. "Esto es consistente con un análisis anterior que identificó que los hombres desarrollan niveles más altos de anticuerpos IgG contra la subunidad viral S1 del Spike del SARS-CoV-2 y anticuerpos neutralizantes en comparación con las mujeres".
Por otro lado, en el estudio actual los marcadores de gravedad de covid-19, incluida la duración de los síntomas y si se requirió hospitalización, no predijeron la positividad de IgG.
La disnea, en cambio, que se considera indicativo de una enfermedad más grave, se asoció con un estado de IgG negativo. "Aunque este hallazgo puede reflejar una heterogeneidad en la gravedad de la disnea que no se captó en nuestro estudio, estos resultados sugieren que se necesita investigación adicional para dilucidar la relación entre la gravedad de la enfermedad y la seropositividad".
El trabajo que dirige Overdevest se basa en otros hallazgos previos sobre el camino por el cual el virus SARS-CoV-2 actúa en las neuronas sensoriales olfativas. Como han publicado recientemente en Cell, en lugar de que el virus infecte directamente a estas células o bien que la anosmia de la covid-19 sea un resultado de la congestión nasal (como ocurre con otras infecciones de las vías respiratorias superirores), la investigación revelaba una ruta más tortuosa. El virus infecta a las células que sirven de sustento en el epitelio olfativo, alterando la regulación genética de los receptores y moléculas relacionadas con el olfato. "Este proceso de daño genómico parece permitir que el SARS-CoV-2 cree síntomas neurológicos duraderos que se logran al alterar la fisiología y la función de las neuronas sensoriales olfativas mientras carecen de la capacidad aparente de infectarlas", afirmó entonces el especialista.
En el trabajo que se publica ahora en PLoS ONE, los científicos recabaron datos de 306 adultos que donaron plasma convaleciente entre abril y junio de 2020. De ellos, 196 (64,1%) y 195 (63,7%) refirieron alteraciones en el olfato y el gusto respectivamente, durante las dos primeras semanas de la infección de covid-19. Los títulos de anticuerpos IgG registrados en las personas con anosmia fueron 1,98 veces mayores que aquellos sin este síntoma, y 2,02 veces mayores en el caso de los que tenían alterado el sentido del gusto.